Único, refinado y elegante: el hotel recrea fielmente un antiguo pueblo tradicional de Cerdeña, con casitas en piedra y pequeñas calles que serpentean en el interior de la aldea. Todos los materiales con los que se ha construido son auténticos, desde las tejas y los hierros forjados hasta los frisos y los arquitrabes en madera de enebro, que se han recuperado en tiendas de antigüedades para ofrecer la atmósfera de una antigua aldea de la provincia de Ogliastra. La plaza central que rodea la piscina es el núcleo de la aldea, donde los clientes podrán degustar un aperitivo antes de cenar en el restaurante con terrazas panorámicas sobre el mar.
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